martes, 20 de enero de 2015

Inteligencia natural

Normalmente, cuando Enzo se queda solo en casa, le dejamos su cama en el pasillo con todo cerrado menos la cocina, que es donde tiene el agua (y un saco de pienso de 18kg que nunca osa tocar) y cuando volvemos, oímos que se levanta y viene a saludarnos medio apoyándose en las paredes, lo que nos hace creer que se pasa el rato durmiendo como un tronco.
Hoy, mientras me vestía para salir, él me ha mirado y se ha dado cuenta de que se quedaba solo. Cuando me he puesto las zapatillas y me ha visto, se ha levantado y se ha ido al sitio donde solemos dejarlo. Yo no me iba todavía y él, al no verme llevando su cama, ha ido a la cocina como diciendo: a qué esperas! Así que he tenido que decirle que aún no era la hora: duerme un rato más, aún no me voy. Y tan pancho se ha vuelto a acostar hasta que llegó el momento de verdad.

Os puede parecer una tontería, pero a mi me recuerda lo inteligente que es, como asocia verme ya vestida con el hecho de irse al pasillo para pasar allí las siguientes horas sin tener que decirle absolutamente nada, y al no llevarle la cama, buscarme por si se me había olvidado.
La rutina en los perros, hace maravillas como ésta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario